Este año se celebra la XIV edición del Festival Ecuador Jazz: una reunión musical impresionante que trae sonidos de todo el planeta a nuestra ciudad. Alex Alvear nos cuenta algunas razones por las cuales no podemos perdernos la cita.
El Festival Ecuador Jazz es como un portal interdimensional. Durante unos cuantos días, el Teatro Sucre se convierte en su centro de funcionamiento y nos permite atravesarlo para encontrarnos con un sinnúmero de sonidos únicos, llenos de vida y electricidad. Sonidos que llegan a nosotros desde rincones que en otro contexto podrían ser inimaginables.
Contrario a lo que se pensaría, no se trata de una reunión elitista para músicos consagrados en un conservatorio, ni tampoco para críticos especializados. La música que reúne el evento es poco convencional, sí, pero para nada poco disfrutable.
Conversamos brevemente con Álex Alvear, bajista, compositor y cantante ecuatoriano de reconocida trayectoria, que además forma parte del cartel de este año como músico invitado, para que nos cuente por qué todas y todos deberíamos caer de cabeza al Sucre y al Variedades desde este 31 de enero hasta el 4 de febrero para empaparnos de jazz.
Radio COCOA: ¿Por qué deberíamos ir al Festival si su programación está conformada por músicos poco conocidos entre la mayoría del público?
Alex Alvear: A mi criterio, el Festival Ecuador Jazz es de las mejores cosas que le suceden a la ciudad de Quito en cuanto a oferta musical, no solo por la altísima calidad de los artistas participantes y su impecables producción y curaduría, sino también por exponernos a culturas, estilos y artistas de distintas partes del mundo. Para mí es muy difícil escoger lo “mejor” de este festival ya que todo lo que se ha programado en el pasado me ha encantado y lo programado para esta edición me interesa demasiado. Mucha gente tiene recelo de ir a ver un artista o grupo que no conoce, pero considerando la amplia trayectoria, prestigio y calidad comprobada por la programación del festival, no debería haber ninguna duda de que todo lo que se presenta en él será maravilloso. Además, mientras más conocemos de otras culturas, de otras músicas y nuevas gentes, nuestra vida se enriquece y a la final nos hace mejores personas.
La mayoría de los festivales de Jazz en el mundo ofrecen apertura en cuanto a la programación, brindando espacios para una amplia diversidad de estilos, no solamente enmarcados dentro del jazz convencional. El hecho de que el jazz y las músicas del mundo no tengan un espacio muy visible en los medios no necesariamente quiere decir que sea música elitista. Claro, hay artistas con un nivel muy alto de complejidad pero hay muchos otros que ofrecen música asequible y deliciosa.
RC: ¿Qué proyectos venidos de lejos deberíamos tener en nuestro radar este año?
AV: Este año el festival trae una diversa programación y de poder asistir a todos los conciertos y actividades paralelas estoy seguro de que cualquier persona lo disfrutaría muchísimo. Estoy loco por ver a Troker (31 de enero) a quienes he seguido hace mucho tiempo y no he visto nunca en vivo.
Estoy muy feliz de ver en vivo y por primera vez en Ecuador a un musicazo, compositor/arreglista y trovador excepcional: Edson Velandia. Esa misma noche (1 de febrero) tengo el inmenso placer de tocar con mi hermano de armas y gran artista Gonzalo Grau y su proyecto Plural.
También está la increíble cantante de jazz y gospel Lizz Wright que viene con una súper banda y no es de perderse (2 de febrero). Está la gran baterista y compositora Yissy García, que viene con su proyecto Yissy & Bandancha y nos abre una puerta al movimiento del jazz contemporáneo de Cuba (3 de febrero). Finalmente, el domingo 4 de febrero será un vacilón total gozar de música muy sabrosa de Canadá, Colombia y Brasil.
Yissy Martínez, directo desde Cuba el sábado 3 de febrero. Fotos extraídas de la página de Festival Ecuador Jazz 2018.
RC: ¿Qué proyectos nacionales deberíamos tener en la mira este año?
¡Uy! De lo que ofrecen los ecuatorianos, y no lo digo por nacionalista, ¡TODO lo que se viene está increíble! Hay primicias como Runa Jazz, el nuevo proyecto de Curi Cachimuel; Mamahuaco de Grecia Albán; el primer proyecto solista del guitarrista Sebastián Acosta; el lanzamiento de Kitu de Matías Alvear; “Sinfonía de Los Conjuros” con tres de los mejores guitarristas del país; el debut de Barakat Ji, el nuevo proyecto del bajista ecuatoriano Yussif Barakat; música gitana hecha en Ecuador con La Pompe Noire y música libre y experimental con Free Band. ¡De todo y para todos!
RC: ¿Qué nos puedes contar sobre las actividades paralelas de este año? ¿Qué ofrecen para los músicos y no-músicos?
Una de las características muy especiales del Festival Ecuador Jazz es que, además de sus tantas presentaciones artísticas, ofrece una variedad de actividades paralelas enfocadas principalmente en el intercambio de conocimientos a cargo de muy prestigiosos gestores y productores con amplia trayectoria internacional, y los mismos artistas participantes. Estas actividades tal vez tengan un enfoque específico por la temática o por su contenido. Sin embargo, considero que más allá de lo tratado, son experiencias únicas que nos permiten conocer, de una manera directa e informal, a personalidades que tienen mucho que ofrecer y compartir.
Elkin Robinson con su cuarteto. Este músico colombiano dará una masterclass el 3 de Febrero.
RC: Finalmente y tomando en cuenta la extensa trayectoria del festival, ¿por qué crees que estos actos son importantes, si en general se considera que el jazz no es un género «popular»?
Vivimos en un mundo en donde los espacios sonoros están dominados por los designios de la industria musical comercial, la cual nos bombardea a diario en las calles, buses, restaurantes, radio, TV, etc. Acontecimientos como el Festival Ecuador Jazz nos recuerdan que hay un mundo enorme lleno de música maravillosa y nos brinda experiencias enriquecedoras al exponernos a expresiones musicales del mundo.
La actividad cultural y en especial los festivales internacionales, a más de su valor y relevancia cultural, son generadores de trabajo, ingresos, turismo y la activación de espacios públicos y privados. En Quito todavía falta una integración en este sentido ya que, a pesar del buen recibimiento de las audiencias, el festival se realiza como una actividad independiente. En cuanto a lo que se considera popular, estoy seguro de que si el jazz y la música del mundo tuvieran tanta presencia en los medios como la tiene el reggaetón, serían también muy populares.
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La invitación está hecha. Este festival tiene un sin fin de sorpresas para regalarnos y depende de nuestra curiosidad y nuestro disfrute hacer que se mantenga vivo otros 14 años, y más. No lo decimos solo nosotros, sino también uno de los duros que estará presentándose en la edición de este año.
Pueden comprar sus entradas aquí.
